29.8.07

Los cuatro soles



Dice la leyenda azteca, que cuando los dioses revisaron la creación,contentos de haber terminado se dieron cuenta de que el sol no estaba bien, alumbraba poco y sus rayos no calentaban la tierra, y se reunieron para crear otro.

Tezcatlipoca Negro se ofreció a serlo. En la primera era fue el único en alumbrar y calentar la tierra. Quetzalcóatl sintió deseos de brillar. Tiró a Tezcatlipoca Negro al agua y se convirtió en el astro de la segunda era. Tezcatlipoca Negro convertido en tigre, de un zarpazo pudo derribarlo y devoró a los gigantes que habían creado. Quetzalcóatl enojado soltó vientos y ciclones. Los hombres se asustaron, lamentaban no ser animales para huir al monte como ellos. Los dioses los transformaron en monos y se sentaron a ver su creación, sin hombres. Tláloc dijo que él sería el tercer sol. Pero hizo caer fuego, los ríos eran llamas. La gente tuvo miedo y pidió ser pájaros para salvarse. Los dioses convirtieron a la gente en gaviotas, zenzontles, águilas y otras aves.

Quetzalcóatl le propuso a Chalchiutlicue, diosa del agua, que ella fuera el cuarto sol. Ella aceptó sin resultados porque produjo lluvias e inundaciones. La gente aterrorizada pedía ser pez para protegerse. Así los dioses los convirtieron en peces y en todos los animales que existen en el agua de los mares, lagunas y ríos. Como llovió por días y días, el cielo cayó sobre la tierra. Quetzalcóatl y Tezcatlipoca Negro se convirtieron en árboles para levantarlo. Los dioses quedaron muy tristes porque habían fallado en su intento de crear al sol además, habían acabado con la raza humana.

La leyenda de los Soles era un importante vínculo entre el conocimiento y la cultura, entre el cálculo de los sabios y la costumbre poco a poco desgastada en ceremonias conmemorativas de eventos cíclicos.

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